Señor, hay muchas cosas que no entiendo… Me esfuerzo, pero todavía guardo rencor y Tú me dices: ¡perdona! Tengo miedo y me dices: ¡ánimo! Dudo y temo, pero Tú me dices: ¡confía! Me siento angustiado y me dices: ¡tranquilo!
¡¡¡Que he resucitado!!!
Prefiero estar sólo y Tú me dices: ¡Ven y sígueme! Fabrico planes y me dices: ¡Déjalos! Busco bienes materiales y me dices: ¡Despréndete! Busco seguridad y me dices: ¡Solo ten Fe! Quiero vivir y me dices: ¡Da tu vida! Quiero ser bueno y me dices: ¡No es suficiente! Quiero ser jefe y me dices: ¡Sirve! Quiero mandar y me dices: ¡Obedece! Quiero comprender y me dices: ¡Cree! Quiero claridad y me hablas en poesías. Quiero poesía y me hablas de realidades. Quiero violencia y me hablas de Paz. Saco la espada y me dices: ¡Guárdala! Pienso en venganza y me dices: ¡Presenta la otra mejilla! Hablo de Paz y me dices:¡He venido a traer la espada! Intento ser conciliador y me dices: ¡He venido a traer fuego a la tierra! Quiero esconderme y me dices: ¡Muestra tu luz! Busco el primer puesto y me dices: ¡Reza en lo escondido!
¡No! No te entiendo Jesús. Me provocas. Me confundes. Al igual que tantos de tus discípulos, también yo quisiera hallar otro maestro que fuera más claro y exigiera menos. Pero me sucede lo que a Pedro: ¿Señor, a quién iré? no conozco a nadie que tenga como tú, palabras de vida eterna.
Feliz Pascua de Resurrección